El Clan 

Dirección: Pablo Trapero
País de producción: Argentina
Año de estreno: 2015

Hay películas que incomodan desde el primer minuto, no por lo que muestran sino por lo que insinúan. El Clan, dirigida por Pablo Trapero, pertenece a esa categoría que te obliga a mirar la pantalla con una mezcla de fascinación y repulsión. Basada en hechos reales, cuenta la historia del Clan Puccio, una familia de clase media-alta argentina que, en plena década de los ochenta, se dedicó al secuestro extorsivo mientras llevaba una vida aparentemente “normal”.

Lo que más impacta no es la violencia explícita —que Trapero administra con precisión quirúrgica— sino el retrato cotidiano de una familia que desayuna junta mientras mantiene a un secuestrado en el sótano. Esa convivencia entre lo doméstico y lo criminal es inquietante, casi surrealista, y al mismo tiempo profundamente argentina en su contexto: el ruido sordo de la dictadura recién terminada, la complicidad silenciosa, el miedo encapsulado en gestos mínimos.

La actuación de Guillermo Francella (El secreto de sus ojos) es, directamente, perturbadora. Lejos de su registro cómico habitual, construye un Arquímedes Puccio frío, calculador y obsesionado con mantener las apariencias. Es esa calma suya, casi paternal, lo que más estremece. Y al lado, Peter Lanzani (Argentina 1985) sorprende con una vulnerabilidad que quiebra la pantalla: el hijo atrapado entre la obediencia, la culpa y la imposibilidad de romper con la figura paterna.

Aunque El Clan no es una película pensada específicamente para estudiantes de español —no como otras más ligeras que solemos recomendar— sí tiene algo interesante para quienes buscan comprender el registro rioplatense, el contexto histórico y el peso cultural del lenguaje corporal. Es cine que dialoga con la historia de un país, con sus heridas y con sus silencios.

Trapero construye un thriller seco, tenso y visualmente preciso. No hay exceso ni melodrama: hay hechos y miradas que hablan solas. Y cuando llega el final, uno no aplaude, sino que respira hondo.

El Clan es una película que te acompaña varios días después. Te deja pensando en el poder de la familia, en los límites —o la ausencia de ellos— y en lo espeluznante que puede ser la normalidad cuando se sostiene sobre el miedo.

Una obra imprescindible del cine argentino reciente, incómoda, impecable y necesaria.

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